Adaptabilidad: la clave de una estrategia de inversión sostenible

La experiencia reciente lo confirma: crisis sanitarias, conflictos geopolíticos y disrupciones tecnológicas han alterado el curso de los mercados en cuestión de meses. En este contexto, la adaptabilidad se vuelve un principio innegociable para los inversores institucionales.

El problema de las estrategias rígidas

Los portafolios estáticos suelen funcionar en entornos estables, pero resultan vulnerables ante cambios abruptos. Una aseguradora con exposición excesiva a bonos soberanos puede enfrentar pérdidas severas si las tasas de interés suben; un fondo universitario con sobrepeso en renta variable puede ver comprometido su presupuesto en una recesión global.

El valor de un vehículo flexible

Diseñar vehículos de inversión que permitan ajustar rápidamente la estrategia es esencial para navegar la incertidumbre:

  • Rebalanceo dinámico: Permite variar la proporción entre renta fija y variable según condiciones macroeconómicas.
  • Acceso a activos alternativos: Infraestructura, capital privado o hedge funds pueden entrar o salir de la cartera según las oportunidades del ciclo.
  • Coberturas oportunas: El uso de derivados o estrategias de protección permite blindar el portafolio en momentos críticos.

Caso práctico

Tomemos como ejemplo un inversor con un gran interés en el sector tecnológico de EE. UU. Que tiene una fuerte dependencia de su portafolio en acciones tecnológicas. En 2022, al caer ese sector, este inversor corrió el riesgo de perder parte de su capital. Gracias a un vehículo adaptable, podría haber modificado su estrategia de inversión sin un alto costo y de una manera ágil. Un ejemplo de ello puede ser:

  • Reducir exposición a tecnología en 30% y trasladarla a bonos ligados a inflación.
  • Incorporar activos de infraestructura que ofrecieron ingresos estables.
  • Implementar coberturas de tipo de cambio para proteger donaciones internacionales.

Como resultado, el inversor puede reaccionar rápido a los cambios y adversidades que ocurren en el mercado. El punto más importante ha destacar es que el inversor se adapta rápidamente al entorno adverso con el objetivo de resguardar su capital.  

Reflexión final

La adaptabilidad no es improvisación, sino planificación estratégica con flexibilidad incorporada. En tiempos de volatilidad, es la clave para sostener la rentabilidad y garantizar que la misión institucional no se vea comprometida.